miércoles, 1 de septiembre de 2010

Solidaridad de Cristina Sanchez con la comunidades mbya guaranies de misiones

Los antiguos habitantes del litoral argentino, paraguayo y brasilero pertenecen a la etnia mbya guaraní, emparentados con los tupí y ava guaraní y otros pueblos de origen amazónico que hace centenares de años desarrollaron una importante cultura relacionada con el respeto a la naturaleza, a los animales y plantas que le brindaban todo lo que necesitaban: alimentos y medicinas, abrigo y vivienda, agua y una cosmovisión que les permitía desarrollar una vida en comunidad, donde los niños son sagrados y los ancianos respetados.

Hace mas de 500 años se produjo el choque con la cultura europea, con las consecuencias que todos conocemos: esclavitud, conquista, dominación e imposición de ideas y conceptos foráneos, explotación de los recursos renovables y de los no renovables. La zona que describimos fue escenario de luchas de intereses espurios: la Iglesia, las coronas españolas y portuguesas, los encomenderos y los bandeirantes, y por último, los jesuitas. Como consecuencia de esta encrucijada muchas culturas se perdieron definitivamente y otras, como la mbya, sobrevivieron a costa de grandes sacrificios, pero igual que la selva paranaense, su hogar, se redujo a expresiones casi mínimas.
Si escuchamos a los líderes políticos de estas comunidades, sus caciques, o a sus líderes espirituales, sus opyguas, sus proyectos pasan por defender su cultura, su idioma, su religión, su territorio, sus recursos, su derecho a insertarse en el mundo de hoy aprehendiendo las ventajas tecnológicas que nos ofrece, sin perder su identidad. Para ello quieren escuelas bilingües y oportunidades para que sus jóvenes puedan seguir capacitándose y, en el futuro, maestros o médicos mbya guaraníes sean los que ocupen los
puestos que hoy, a veces, con buena voluntad, y otras, no tanto, ocupan blancos. Muchas de estas comunidades carecen de escuelas, atención médica básica, asistencia social.
Deben migrar para conseguir trabajo y, sobre todo, no son dueños de la tierra en que habitan desde siempre, y deben luchar, generalmente solos, contra corporaciones que buscan erradicarlos definitivamente para poder explotar hasta el último centímetro de la selva.
Y es allí donde la Fundación Corriente Cálida Humanística de la mano de Cristina Sanchez, una organización social que se ocupa de personas en riesgo, de manera activa. Que no depende de sectores estatales o privados ni responde a políticas partidarias o religiosas. Recibe colaboración y aporte de todo aquel que conoce el propósito y decide ayudar materialmente con donaciones, trabajos en terreno o espiritualmente haciendo diferencias en los que necesitan una palabra de aliento, una escucha, desde la práctica empática.
Estas necesidades se podían resumir en:

* Agua potable
* Puesto de Artesanías.
* Viviendas dignas.
* DNI
* Mejoras edilicias y jerarquización del aula satélite, con prioridad a la educación bilingüe y conservación de la cultura mbya guaraní.
* Coro de niños en idioma mbya guaraní.
* Mensura y titulo de propiedad de las 100 hectáreas donde viven.
* Ecoturismo en el sendero sobre la selva virgen que poseen., entre otras cosas.

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