Estoy infinitamente agradecida con la visión de vida de Cristina Sánchez por darme la posibilidad de vivir esta experiencia inolvidable.
Cuando miraba de afuera a las personas que prestaban ayuda al comedor, me causaba cierta admiración y yo pensaba por dentro que debían ser seres especiales que ya nacían con esa entrega a quienes lo necesitaban.
Después de meses de vivir en carne propia y de pasar por esta experiencia me pude dar cuenta que me encontré con un grupo de seres tan humanos y tan necesitados, no solo de necesidades básicas sino de afecto. Ahora siento que con lo poco que les pude ayudar, me devolvieron tanto pero tanto amor que llenaron mi corazón.
Aprendí a valorar todas y cada una de las cosas que me rodean y el significado de las mismas.
Ver en sus rostros, sonrisas, gestos de agradecimiento y de alegría fue lo más gratificante para mí.
Hoy me voy con un recuerdo imborrable en mi mente y en mi corazón, del amor que pude brindarles y del que me devolvieron cada uno de ellos. Gracias Fundación Corriente Cálida Humanística!
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